¡¡¡Estoy que Fumo!!!

La verdad, ya lo estoy pensando seriamente. No es que encuentre glamoroso el andar echando humo, tampoco me interesa depender de un cigarro como relajante, estimulante, ni mucho menos como método digestivo.

¿Qué pasa? Hoy en día el gobierno ha hecho un gran esfuerzo por concientizar a la población en lo nocivo que es el consumo del cigarrillo, en promover el crecimiento de los espacios libres de humo y en espantar a mucha gente con la cara (y traqueotomía) de Don Miguel, aprovechando a la vez de potenciar el ingenio de muchos fumadores, ya sea creando cigarreras, diseñando stickers para no verlo o, incluso los más “cool”, comprando sus cigarros en el Duty Free para que no aparezca la mentada imagen.

Pero el gobierno no se ha percatado del poder social que se oculta dentro de la cajetilla de cigarrillos, un poder aglutinador, que ya se quisieran las más altas esferas: el poder de generar redes de información.

¿Han notado que el que no fuma no se entera de nada? Y eso ha sido siempre así…si hasta James Bond fuma para sacarle información a sus archienemigos (además de atraer chicas).

El que no fuma en el colegio no se entera de lo que se trama a escondidas en los camarines.

Luego en la universidad se hace aliado del café para las largas noches de estudio (ahí fue cuando me quedé sin grupo de estudio y, por ende, con algunos ramos). Después, en la vida, cada instante de confesión está acompañado de un cigarro, como si éste fuera un ente catalizador de ideas. Y para qué hablar del cigarro después de… ¡¡¡un clásico!!!

Al final me quedo con la imagen de que el que no fuma no sociabiliza y no se entera de nada… mmm … quizás por eso siempre ando tan perdido.

"De los fumadores podemos aprender la tolerancia. Todavía no conozco uno solo que se haya quejado de los no fumadores", Sandro Pertini, ex presidente italiano.

"Perdonen, ¿les molesta que no fume?, gracias.", Groucho Marx, actor, comediante y escritor estadounidense.